Blog

 JOSÉ PUENTE Y BRAÑAS (1957)

"El mancebo amado de los dioses muere joven", sentenció el poeta griego Menandro. Esta aserción parace estar prescripta para gran número de valores gallegos, especialmente poetas, sujetos casi fatidicamente al sino de una trágica frustración. Bastaría citar los nombres, entre otros, de Aurelio Aguirre, Manuel Ángel Corzo, Álvarez Pertierra, Vesteiro Torres, Sergio Carneado, pertenecientes todos ellos al grupo de los precursores, y entre los contemporáneos a vates tan sobresalientes como Burgallal, Feliciano Rolán, Amado Carballo y Manuel Antonio.

José Puente y Brañas no pudo ser excepción al imperativo inexorable de la muerte prematura, y el 10 de julio se cumplieron los cien años

de su desaparición en su ciudad natal, dejando en todos los que le amaban, que eran legión, un rosario de piadosas lamentaciones.
Nacido en La Coruña el 12 de julio de 1824, estudió Filosofía  en la Universidad Compostelana, y en ésta primero y en la de Madrid después cursó la carrera de Derecho, recibiendo la licenciatura en dicha Facultad en 1845.

Compañero de Antolín Faraldo, con Ramón Rúa Figueroa, Benito Vicetto, Romero Ortiz y otros,  colaboró en "El Porvenir" de Santiago y en "El País"; dirigió "El Liceo" de  Coruña en 1846 y los dos años siguientes el "Boletín Mercantil e Industrial de Galicia". Al morir dirigía "El Iris de Galicia", periódico que gozaba entonces de popular prestigio. Fue por lo tanto uno de los grandes animadores del resurgimiento gallego, que había de fenecer dramáticamente en la inolvidable inmolación de Carral.

En su pueblo natal ejerció la abogacía desde la edad de 21 años, desempeñando durante dos años la cátedra de Retórica y Poética en su Instituto de Segunda Enseñanza. Pasó después a ocupar el cargo de Secretario de la Diputación provincial hasta 1854, en que cesó a consecuencia de los sucesos políticos de entonces. La autoridad militar de Coruña, sin embargo, reconociendo  la integridad y honradez de Puente y Brañas le nombró nuevamente en 1856 con carácter interino, y en él continuó hasta constituirse la Corporación definitivamente, renunciando a tan bien remunerado empleo, por razones de elemental delicadeza, en momento que venían a agravar así su precariedad económica.

Poeta fácil y melancólico, encontró en sus poesías la única manera de expresar sus sentimientos y sus pasiones. Entre ellos predominó siempre el amor a su tierra nativa, componiendo al igual que su hermano Ricardo, tan gemelo a él en sus aficiones literarias, un canto "A Galicia", escrito en octavas reales, y en el cual utilizando los clamores altisonantes y un tanto épicos de aquellos tiempos, exalta el valor y las proezas de los gallegos en lucha contra sus enemigos e invasores. Escribió además, los dramas en verso: "María Pita", en tres actos, como él dice "con más arrojo que fortuna", en honor a la heroína coruñesa; "El juramento cumplido" en un acto, que obtuvo un señalado éxito, y "La minoría de Carlos II", en cinco actos. Las comedias "Un amigo", en dos actos "El gabán giratorio" y "Manolo", parodia de Hernani, aquel drama de Víctor Hugo que supuso en su época la gran batalla entre el clasicismo y el romanticismo, y en el que quedaron victoriosas las nuevas tendencias dramáticas. Tres son las leyendas que bajo el título general de "Preludios del arpa" (Coruña -1847) ha publicado y que son: "La mitra del abad", "Alonso Pita da Veiga" y "La Virgen de Peneval", a la que había de seguir más tarde "Monje y poeta". Por la índole de sus temas y por el tono romántico de sus versos, tan familiares en el poeta vallisoletano , fue apellidado "el Zorrilla gallego".

De Puente y Brañas dijo Vicetto: "Náufrago de las tormentas de la política, poeta de corazón adherido a su suelo natal, como flor indígena que pare sobre la aromática esencia de su cáliz". Murguía, que tanta admiración sentía por él, escribía: "no hablaremos ya de sus poesías selladas, como todas sus obras, con el sello de la originalidad y la verdad del sentimiento que las ha dictado, dotes nada comunes hoy en que todo se sacrifica al ropaje, a la forma, descuidando (enesto está el mal) y sacrificando a ella, las más de las veces, la idea, que es el alma pura y virginal de toda obra literaria. Nadie, nadie como nosotros que en nuestra niñez hemos aprendido de memoria los versos del poeta coruñés; nosotros que hemos hallado en ellos la inspiración de aquellas playas y de aquellas montañas, debemos llorar al poeta que se fue y consagrarle esta memoria..."
Desgraciadamente el centenario de la muerte de Puente y Brañas, ha pasado como tantos otros, en el más espeso y cruel de los silencios. Sean estas líneas nuestras humildes, pero noblemente sentidas, una especie de homenaje al malogrado poeta gallego, que como si presintiera la fugacidad y el perecedero prestigio de sus poesías, había expresado al frente de sus "Preludios", estos amargos, desconsoladores y proféticos versos:
 

Y no es la gloria de la
Edad futura,
No, la esperanza que al
Cantar abrigo,
Pues bien sé que al llenar
Mi sepultura,
Mis pobres versos morirán
Conmigo.


VILANOVA, A.: José Puente y Brañas, GALICIA EMIGRANTE, nº30, agosto-setembro de 1957, Bos Aires. 

Alberto Vilanova - Ensaísta e Historiador | Aviso Legal | © 2011 albertovilanova.com
Deseño: Jose Lameiras Vilanova    ACV Galaica