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ORENSANOS ILUSTRES (1953-54)
Alonso (Fr. Ambrosio). Nació en Beade –Ribadavia. Ingresó en edad temprana en el Monasterio cisterciense de Carracedo, e hizo sus estudios con gran aprovechamiento, dando al propio tiempo tan clara muestra de sus dotes de gobierno, que, muy joven aún, desempeñó la abadía de dicho monasterio, pasando luego a ocupar la del Colegio de su Orden en Alcalá, y seguidamente, por dos veces consecutivas, la del Monasterio de Meira. Elegido dos veces para la abadía del Monasterio de S. Martín, no quiso presentarse a tomar posesión del cargo. Otro tuvo aun de mayor importancia, pues le hallamos por dos veces Secretario general de la Orden cisterciense, dos veces Definidor, y finalmente, General Reformador.
Qui Lampas fuit ordinis sub lampade jacet
Sapientissimus ac R. P. D. D. Fr. Ambrosius
Alonso: Carracetensis Monachus Hispanicae
Congregationis Cisttertieus, Magist.
Alonso (Manuel). Nació en Ribadavia. Cursó brillantemente los estudios de Derecho hasta alcanzar la licenciatura, opositando a notarías y alcanzando plaza, profesión que llegó a ejercer en su pueblo natal, hasta su muerte, ocurrida en estos últimos años. Especialista en la rama foral, publicó algunos trabajos sobre la materia: "La prescripción de los foros después de promulgado el Código civil", (Ourense 1899); "Redención de los foros" en la Revista Jurídica (1-8-1914). En los Juegos Florales de Pontevedra de 1905 se le premió el estudio "Ventajas e inconvenientes de los foros gallegos".
Álvarez Nóvoa (Fr. Eugenio). Nació en Osmo-Cenlle en 1837. Profesó en la orden agustiniana en 1857. Al concluir los estudios regulares en Manila a satisfacción de sus prelados, y recibido el carácter sacerdotal (1862), se le destinó a la Pampanga, en donde fue párroco de intachable conducta en los pueblos de S. Luis (1863), Póvac (1866), Sto. Tomás (1867) y Apalif (1869). Nombrado rector del Colegio de La Vid, en 1873 pasó con el mismo cargo, por sus altos merecimientos al de Valladolid en 1877, en cuyo famoso colegio dejó gratísimos recuerdos, pues su entusiasmo por el mejoramiento de la enseñanza no tuvo límites, ni puede reflejarse en palabras su obra educativa. Su gran cariño fue la biblioteca; y así el P. Antonio Blanco, en la Introducción del Catálogo de ésta, en que hace historia de los superiores que más se distinguieron por el acrecentamiento de dicha Biblioteca, escribe: "Hízose este Catálogo en 1881, siendo Rector el M. R. P. Eugenio Álvarez Nóvoa, y en el tiempo de los rectorados del mismo enriquecieron la Biblioteca con más de 7.000 volúmenes... Todavía continuó tres años largos de Rector, en los que no desmayó poco ni mucho en su labor de componer libros y material de enseñanza". En el Catálogo Bibliográfico de los P. P. Agustinos de la provincia del Santísimo Nombre de Jesús (Filipinas), publicado en Manila por el P. Elviro Jorde, leemos: "El M. R. P. Fray Eugenio Álvarez Nóvoa, Superior ejemplarísimo que fue largos años en nuestros Colegios de España, donde secundó admirablemente al Rev. P. Manuel Díaz en su noble empeño de dar nueva forma a los estudios, poniendo en práctica lleno de entusiasmo el plan de enseñanza aprobado al efecto, apoyando incondicionalmente la instalación del hermoso Gabinete de Física, Química e Historia Natural en el Colegio de Valladolid...". Mereció entonces, por su habilidad y prudencia en la dirección del mismo, ser elegido en los Comicios provinciales en 1881 y premiado por sus beneméritos servicios con las exenciones y preeminencias de Ex-provincial en 1885. En este año se le confió el régimen de comunidad de nuestros colegios recientemente instalada en el R. Monasterio del Escorial. Últimamente regresó a Filipinas (1886), donde volvió a ejercer la cura de almas en Bacolar el 1886 y en Candaba el 1890. Un ataque de parálisis puso fin a su vida en el convento de Sto. Tomás de Pampanga el 8 de julio de 1892. Publicó las obras: "Relación nominal de todos los religiosos que han profesado en el Real Colegio Seminario de Valladolid y La Vid, etc." (1886) y "Documentos y estados relativos al R. Colegio Seminario de Agustinos filipinos de Valladolid" (1889). Fue aumentado con varias ediciones y reproducido en 1890 por el P. Antonio Moradillo. El P. Eugenio fundó en Valladolid la importante "Revista Agustiniana" (1884), exclusivamente redactada por los agustinos, publicación que después pasó a ser dirigida y editada en El Escorial con el título de "Ciudad de Dios". En uno de los últimos capítulos de la Orden se acordó mandar hacer dos retratos al óleo de tamaño natural del ilustre agustino orensano, para ser colocados en las salas priorales de los Reales Colegios de El Escorial y Valladolid, entre los de los Generales y Prelados distinguidos.
VILANOVA, A.: Orensanos Ilustres, Revista Posío-Arte y Letras. 1953-54, páx. 70-71. Ourense.