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 LOS GALLEGOS EN LA ARGENTINA, por FURLONG S. J., GULLERMO (1968)

Para escribir sobre este tema es necesario saber quiénes eran o no eran gallegos, y brava empresa es ésta. Fácil es escribir sobre los ingleses en la Argentina o sobre los alemanes, o sobre los italianos. Los mismos apellidos parecen decir al investigar: “Yo soy uno”, y al volver la página, oye que le dicen “yo soy otro”. Hay sin duda apellidos muy gallegos, pero no exclusivos de Galicia. Abundarán, por ejemplo, los Vilanova, pero entre los catalanes abundan los Villanova, y si a estos, en no pocos casos, les han caído las eles, aquellos las han recogido. Muy gallego es Rodríguez, pero fuera de Galicia abundan como la ruda. Muy gallego el señor Alberto Vilanova Rodríguez, ha querido saber y dar a conocer lo que los gallegos han hecho en la Argentina, y al efecto ha hurgado en las bibliotecas públicas y privadas, hasta reunir un ingente acervo de noticias. Con un evidente amor a la patria chica, amor que agudiza la curiosidad y hace suave la pesada labor de la investigación, ha podido llenar dos ingentes volúmenes de 1468 páginas sobre “Los Gallegos en la Argentina”.


Aun los hombres eruditos se sorprenderán al saber que muchos de los hombres más preclaros en nuestros anales eran gallegos, como el explorador Diego García, el misionero Juan Pascual Rivadeneyra, el médico y naturalista Pedro Montenegro, el cartógrafo José Quiroga, el obispo Malvar y Pinto, el agrimensor Juan Manuel Ozores, el explorador Basilio Vilariño, el geógrafo Joaquín Gundín, el arquitecto Bernardo Lecocq, el rector de la Universidad de Córdoba, Pedro Guitián, el polígrafo Pedro Antonio Cerviño, el matemático Juan Carlos O’Donnell, el pintor y dorador Antonio Ribera, el ingeniero y cartógrafo Joaquín Antonio Mosquera, el iniciador de la Escuela Náutica, Juan Alsina y tantos otros correspondientes a los tiempos anteriores a 1810.

De los gallegos posteriores a 1810, nos ofrece el autor un elenco larguísimo, tan largo que evidentemente ha tenido que ser más corto con cada uno; aún así, hay biografías extensas e intensas, como la del amigo de Urquiza y anticuario, Javier Brabo, del periodista Ramón García, del poeta y dramaturgo Manuel López Lorenzo, del músico Ricardo Pérez Camino, del historiador Benigno Tejeiro Martínez, del catedrático de medicina, Martín Spuch Martínez, del publicista Antonio Rodríguez del Busto, del poeta Francisco Dávila y de medio centenar más, que han dejado huellas profundas y luminosas.

Dedica el autor las cien postreras páginas a los escritores, científicos y artistas gallegos, que actúan aún entre nosotros, y consagra un capítulo a “ilustres argentinos de ascendencia gallega” (Valentín Alsina, Ignacio Álvarez Thomas, Nicolás Avellaneda, Juan José Viedma, Manuel y Ventura Blanco Encalada, Carlos Calvo, Arturo Cancela, Juan José Castelli, José Darregueira, Mariano Fragueiro, Manuel Obarrio, José y José Antonio Pillado, Juan Hipólito Vieytes, y otros no pocos, ya que sólo hemos tomado algunos nombres.

A primera vista, parecería que el afán de Alberto Vilanova y Rodríguez sólo ha sido ofrecer materiales con qué elaborar las biografías de tantos gallegos ilustres, pero no es así. Hay en estas páginas una obra de elaboración cabal, siempre que las noticias halladas lo han permitido, y tanto es así que más de un lector se sorprenderá al leer en el índice: “Pedro Fernández, El padre intelectual de los próceres de la Independencia Argentina”, pero si hojean las páginas (657-670) que el autor consagra a este olvidado maestro colonial, se persuade de que no hay extremismo alguno en aquella afirmación. Como ésta son muchas las novedades que encierran estas tupidas páginas.

Tal vez sea fácil señalar omisiones, y las hay sin duda alguna, pero quien emprende un trabajo de esta magnitud y ha tenido que ir por sendas tan poco o nada trilladas, sabe que aún el mayor esfuerzo es pasible de esa falla. Por eso, ya en la introducción advierte el autor que está lejos de creer que su monografía es exhaustiva. Todo esfuerzo humano, y más aún en los predios de la erudición, es susceptible de superación y de perfeccionamiento. Ello, sin embargo, no ha de arredrar a los estudiosos, y felizmente no ha sido óbice para que el señor Vilanova y Rodríguez emprendiera y llevara a cabo esta “magna” exposición de la actuación de “Los Gallegos en la Argentina”.


FURLONG S. J., GULLERMO: Los Gallegos en la Argentina. Revista GALICIA, nº 593. Xullo de 1968. Bos Aires.

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