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 LOS GALLEGOS EN LA ARGENTINA, por AUGUSTO CASAS

Si España es un enigma histórico, magníficamente interpretado por Claudio Sánchez-Albornoz, Galicia es un crisol de pueblos, fundidos por la historia y por la tierra. Los gallegos son un pueblo a la defensiva, en comunión con lo peculiar de la blanda y dulce y lírica tierra gallega. Los hijos de Galicia fueron acentuando siglo a siglo su facundia política, su  facundia dialéctica, su zigzagueante ingenio.

Galicia, pobladora de España y Portugal, se trocó en pobladora de América. Y ha seguido siéndolo hoy, en que el Atlántico ha llegado a ser el mar de la civilización contemporánea, lo que el Mediterráneo fue en el mundo antiguo.

Claudio Sánchez-Albornoz, el profundo historiador, en el fuego y la luz de su hispanismo, ha podido llegar a la raíz de la Reconquista, y así escribió con acierto y justicia unas ideas muy claras sobre el enigma histórico de España. Con el mismo espíritu está sentido y pensado este bello libro que acaba de publicar un ilustre gallego, Alberto Vilanova, que vive y piensa en una Universidad argentina: “Los gallegos en la Argentina”, laureado por el Centro Gallego de Buenos Aires, en el concurso celebrado bajo un lema luminoso y elocuente: “Con el genio y voluntad de los gallegos, Argentina pudo en gran parte realizar su obra de civilización y cultura y con sangre gallega nacieron muchos de los hombres que forjaron su libertad y su independencia”.

Alberto Vilanova, gallego de sangre y de raíz, y Sánchez-Albornoz, español de ascendencia gallega, tuvieron como norte de sus vidas aquellos versos de Antonio Machado –un andaluz de apellido gallego: “Caminante, non hay camino se hace camino al andar”. Los gallegos hicieron el camino de Santiago y crearon el maravilloso mito jacobeo, que es la fe y la historia de Occidente.

El prologuista, con certera visión guía este libro magistral de Alberto Vilanova, exprimiendo la esencia del destino de Galicia: “De crisol de pueblos y razas se convirtió en vivero de pueblos y patrias”. Alberto Vilanova, historiador y poeta, demuestra en su libro ejemplar que la Argentina, grande, fuerte y generosa nación de Hispanoamérica, sin el esfuerzo galaico no sería hoy lo que es; de origen gallego son muchas de las señeras figuras que han hecho el poderoso país –desde Ribadavia en adelante- y es colosal la aportación de los gallegos a la vida de la gran nación en todas sus actividades culturales, sociales, económicas y políticas. No hay nadie que supere la historia escrita por un poeta, profesor de historia, como aquí nos demuestra Alberto Vilanova con verdadera maestría.

La Argentina vio llegar a los gallegos alegres, y los gallegos la fecundaron incluso después de que los criollos se independizaran de España, fundadora de veinte naciones al otro lado del Atlántico.

Los gallegos con su trabajo y su talento han enriquecido estos pueblos nuevos y se han incorporado a su vida, a su alma. El índice de los dos voluminosos tomos del libro de Alberto Vilanova es verdaderamente impresionante: hombres de negocios, juristas, profesores, obispos y misioneros, hombres de pensamiento y de trabajo, iluminan el cielo de la patria argentina, nueva patria de los gallegos, vivo hogar de aquellos hombres que sintieron la tierra amada como una patria, con saudade y con pasión, y la sintieron y amaron dentro de la España de todos. El Centro Gallego de Buenos Aires se ha honrado a sí mismo al premiar y editar este libro magistral de un gran gallego y de un gran español.

Porque, en efecto, la patria nace en el corazón y se nutre de su entendimiento. Alberto Vilanova, a su perfecta técnica de historiador, une la penetración psicológica, la visión del camino, que el poeta hace y anda. Y el libro de Alberto Vilanova, como el de su prologuista, llega hasta el final, al fondo de lo que es verdadero y eterno en los resultados filosóficos de la historia.

La historia vivida con saudade y escrita con saudade es, sin dudarlo, la historia clara y verdadera de Galicia y de España. Galicia que satisfizo la sed de hombres del valle del Duero, de todas las tierras hispanas y de las nuevas de América, realizó su genio de pobladora de mundos. Si hay tierra que ata al hombre a sus entrañas es la gallega, de valles umbrosos y bellísimos, de encanto irresistible y misterioso, incluso para cuantos anduvieron los caminos nuevos desde cualquier otro solar humano.

El poema de Fernán González aplica a la vieja Castilla cántabra lo que es la razón y el destino de la emigración gallega: “Eran en poca tierra muchos hombres juntados de hambres y de guerras muy laceradas”. Y el Atlántico le invitaba a la gran aventura, con misteriosos y fecundos cantos de esperanza.
Ramón Piñeiro, otro ilustre pensador gallego, sintetizó las ideas que explican este gran destino de un pueblo: “El emigrante gallego se convierte en héroe de su propia personalidad. La singularidad moral está en la conservación de la personalidad espiritual de procedencia”.

Esta ideas tan claras y certeras llenan las páginas de “Los gallegos en la Argentina”, que es la historia misma de la Argentina. Alberto Vilanova ha escrito este libro con saudade y con amor. La Argentina, y España también, deben mucho a los gallegos, a sus trabajos y a sus sueños. Nada más hermoso en la historia moderna. El libro de Alberto Vilanova logra resultados trascendentes para la historia hispana y deja una profunda huella en cuantos aman a Argentina y a España.

CASAS, AUGUSTO: “Los gallegos en la Argentina”.
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